Meditamos sobre lo
bien
que hemos vivido
porque no hay nada
peor
que la
autocompasión.
Aún más:
porque están ya
cansados
de nuestros míseros
problemas,
de nuestros
insignificantes agobios,
de nuestros
reconvertidos principios.
Y yo, que soy muy
dada
a autocompadecerme,
pienso lo poco que
vale mi vida
-lleva de minuciosas
manías
que no me quito,
sentimientos
que no consigo
cambiar,
palabras o actos
que mi memoria no
borra-
y lo mucho que vale
la de aquellos
que sí tienen
problemas, agobios
y principios
aprovechables.
El ser humano no es
malo por naturaleza,
pero el egoísmo
pasará a ser un tema tabú.
1 comentario:
Sigue así, poetisa!!
Publicar un comentario