LOS INTERESES CREADOS, BENAVENTE

Leandro. Pero ¿no viste que mal podía serlo? Si hubiera mentido para ser amado y ser rico de este modo hubiera sido porque no amaba, y mal podía ser feliz. Y si amo, ¿cómo puedo mentir?

Crispín. Pues no mientas. Ama, ama con todo tu corazón, inmensamente. Pero defiende tu amor sobre todo. En amor no es mentir callar lo que puede hacernos perder la estimación del ser amado.

Leandro. Esas sí que son sutilezas, Crispín.

Crispín. Que tú debiste hallar antes si tu amor fuera como dices. Amor es todo sutilezas, y la mayor de todas no es engañar a los demás, sino engañarse a sí mismo.

Leandro. Yo no puedo engañarme, Crispín. No soy de esos hombres que cuando venden su conciencia se creen en el caso de vender también su entendimiento.

Crispín. Por eso dije que no servías para la política. Y bien dices. Que el entendimiento es la conciencia de la verdad, y el que llega a perderla entre las mentiras de su vida, es como si se perdiera a sí propio, porque ya nunca volverá a encontrarse no a conocerse, y él mismo vendrá a ser otra mentira.

No hay comentarios: