LA ENEIDA: ENEAS Y DIDO

Tan pronto como el héroe troyano estuvo junto a ella y la reconoció en la oscuridad de las sombras, como el que en los comienzos del mes ve o cree haber visto surgir la luna entre las nubes, estalló en llanto y le habló con dulce voz de enamorado:
"Desgraciada Dido, ¿era cierta, pues, la noticia que me había llegado de que habías muerto y de que con el hierro habías llevado tu desesperación hasta las últimas consecuencias?; ¿fui yo, ay, la causa de tu muerte? Te juro por los astros, por los dioses superiores y por la lealtad, si es que hay alguna en las profundidades de la tierra, que abandoné, reina, tus costas contra mi voluntad. Pero las órdenes de los dioses que ahora me obligan a caminar a través de estas sombras, a través de estos lugares repugnantes por el moho, y de la noche profunda me obligaron con sus avisos imperiosos; y no pude pensar que con mi partida te iba a ocasionar este dolor tan grande. Detén tus pasos y no trates de escapar a mis miradas. ¿De quién huyes? Por decisión del destino es ésta la última vez que puedo hablar contigo".
Con éstas palabras trataba Eneas de calmar su alma enfurecida que le lanzaba torvas miradas y de provocar sus lágrimas. Ella con la cabeza vuelta mantenía sus ojos clavados en el suelo y su rostro no se conmovía con este intento de conversación más que si fuese duro sílex o un bloque de mármol de Marpeso. Por fin comenzó a andar precipitadamente y huyó hostil al interior de un bosque sombrío donde su primer esposo Siqueo comparte sus cuidados y corresponde a su amor. Y Eneas conmovido por tan inicua desgracia la sigue a lo lejos llorando y al verla alejarse siente compasión.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Relacioname a Dido con su personaje principal de la novela virgiliana !!

-Respuesta de Lorena ( que no se lo ha leido)
era su amante



un beso, Tu amante... xD