Al fin del mundo
o a mi cama
para entender mejor
mi cuerpo
o descifrar mejor
el tuyo.

Ningún camino
será demasiado largo
porque todos los dioses
que no existen
se han empeñado
en estar de nuestro lado: 
nos vitorean,
nos sacan fotos
y nos cantan canciones
que sólo escuchamos nosotros
(eso sí una y otra vez)
hasta aprenderlas de memoria
y enamorarnos también
de lo que dicen.
Ningún camino tendrá
tantas ruinas,
tantas averías,
tanto tráfico de por qués,
cuándos y besos
transformados en ciudades
que visitamos
o cosas que no nos llegamos 
a decir.

Ningún camino
hará que paremos
si ya no podemos parar.

Ningún camino
será tan inútilmente bonito
para caerse...
al fin del mundo 
o a mi cama,
y con los ojos cerrados.

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