Hace poco
alguien muy sabio
me ha dicho
que hay que dejar
que cada uno
viva como quiera,
no hacer mala
sangre;
el problema es que
a mí no me dejan en
paz,
y yo les dejo pero
ellos a mí no,
y yo me quejo pero
ellos más,
así que muchas veces
me gustaría ser tan
sumamente ingeniosa,
atrayente y mordaz
como Bukowski
para poder mandarles
a todos lejos,
muy lejos…
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