La búsqueda y el encuentro con una misma siempre empiezan y terminan en un mismo lugar, al menos para mí. No me sirven las Matemáticas, son inexactas, ni la Filosofía, demasiadas verdades inexplicables. La mejor fórmula es cerrar los ojos y escribir los peores versos que pueda de la peor forma posible. Internet me ha fallado. El móvil no tiene batería. La música me aburre. Sólo me quedan los libros y el espíritu quijotesco de reinventar los sueños. 

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