CONFUSIÓN DE TÉRMINOS

La raza humana, inteligente y conocedora de su lenguaje, cada uno que se de por aludido a su manera, debe tener en cuenta ciertos términos que pueden dar lugar a una confusión.
Por ejemplo:
No es lo mismo mentir que ocultar la verdad.
No es lo mismo resistir que luchar, ni perder que abandonar.
No es igual que tu mejor amigo sea tu amante, a que tu mejor amante sea tu amigo.
No es lo mismo echar de menos que estar melancólico.

No se puede confundir amistad con compañerismo, amor con cariño, independencia con hastío.

No puede ser lo mismo decir “adiós” que despedirse.
No puedes ser tú y yo al mismo tiempo.
No es lo mismo leer un poema que leer a un poeta.

No es comparable lo que soy, con lo que seré, ni mucho menos con lo que sería.
No es lo mismo un pájaro en mano que ciento volando.
No es lo mismo hablar que escribir.

No, no es lo mismo.
Por eso la raza humana no es igual a perfección.

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