PORTALES



Es una práctica
casi medieval:
Él te acompaña a casa
y tú finges que
no te importaba
ir sola.

Las despedidas
siempre se alargan
en los portales,
pero los besos
parecen más cortos
cuando hay algo de prisa.

Sin molestar a nadie
os abrazáis,
y el vecino de turno
pasa rápido,
abrumado de vergüenza
y de envidia.

De vez en cuando miráis
la hora por obligación,
y os vais despidiendo
con la mirada
(siempre es más fácil
despedirse con la mirada).

Los portales
se alegran de noche
con enamorados
de amor, y besos fugaces
rodeados de eco
y paredes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuánta razón tienes... ;)

/versoequivocado