(¿Quién no ha tenido alguna vez
un momento triste? Y ¿Quién no ha intentado alguna
vez ocultar que está triste?)
Ahoga tus lágrimas
y que nadie te vea llorar.
El agua las recoge.
¡Fuera de mi vista! ¡No volváis más!
Ahoga tus penas
y que nadie te oiga gritar.
Es el silencio de una voz apagada
que ya no puede volver a despertar.
Este es mi camino.
El camino que más odio.
Cuando hablo, se quejan, y
cuando callo, lloro mi silencio despacio.
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